jueves, 2 de abril de 2009

Tuofato

Esta noche estoy tan cansada que no puedo dormir. Estoy sentada en la puerta de la haima bajo la oscuridad. La media luna que se mece en el cielo me acompaña. La daira duerme, no se oye ni un rumor, de vez en cuando, el llanto de un niño rompe el silencio.Tengo 37 años. Nací allí pero lo único que recuerdo es el refugio. Mis hijas mayores están estudiando en Argelia. Mis hijos pequeños viven conmigo. Mi marido está siempre en el frente en algún lugar de la tierra liberada. Por la mañana me levanto a penas se hace de día. Preparo la comida, después atiendo a mi suegra que vive en la haima de al lado y, finalmente, a los niños que van conmigo a la tarbia.Estoy fuera, envuelta en una manta. La oscuridad no me da miedo ni creo en las supersticiones que explican las abuelas para asustar a los niños. Mi padre murió en la guerra, mi madre murió de vieja el año pasado y mi hermano vive en España. De mi familia solamente yo estoy aquí. A veces siento que mi vida se pierde en este páramo yermo lleno de arena y de piedras, otras, pienso que estoy tan muerta como mis padres.La esperanza me abandona.Todos los días son iguales, uno detrás de otro, con el siroco, el calor, las moscas, el hambre, la sed y la añoranza.Aquí viene mucha gente extranjera que nos mira, nos hace fotos, habla con nosotros. Nos ayudan a construir escuelas y hospitales después se marchan y nosotros nos quedamos solos en medio de este desierto que ni siquiera es nuestro.No quiero pensar en mañana, ya no. Me obligo a recordar cuando estuve en Italia y en España, hace unos años, de vacaciones con los niños. Tengo amigos allí que me mandan cartas y yo les respondo. Son cartas que nunca se sabe cuando van a llegar.La luna camina por el cielo sin nubes, una media luna estrecha que brilla entre las estrellas. El frío viene y me hace temblar y con él, el canto de las dunas próximas. Una melodía tenue que he oído muchas veces en mis noches de insomnio. Son canciones de cuna o canciones de amor, dulces y suaves aunque no esta noche. Hoy suenan ásperas con estruendo de fusiles y batir de espadas.Tengo miedo. Entro en la haima y me acuesto al lado de mis niños mientras les abrazo con fuerza. Ellos sonríen entre sueños.

Sukran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario